Hola a todos.
El Dr. Cobb aquí de nuevo, hablando con ustedes sobre los hábitos y la conciencia.
Una de las cosas que ha salido a la luz a lo largo de los años de estudio del cerebro es que nuestros hábitos actuales suelen plantear problemas cuando intentamos instaurar otros nuevos. He aquí el motivo:
Como mencioné en episodios anteriores del blog, es muy importante entender que gran parte de la vida se vive realmente de forma inconsciente. Tenemos nuestras rutinas diarias (una rutina significa básicamente algo que es automático). (Una rutina básicamente significa algo que es automático.) Cuando estamos pasando por nuestros comportamientos automáticos del día a día, es realmente, realmente desafiante instalar nuevas cosas, nuevos hábitos, cosas que son buenas para nosotros.
Lo que quiero plantearles esta semana es la idea de la conciencia. La tecnología moderna ha intentado ayudarnos con ello. Nuestros dispositivos dicen: "Sabes qué, vamos a darte todos estos sistemas de alarma diferentes. Puedes configurar alarmas en tu correo electrónico y en tu ordenador para recordarte que debes levantarte y todo tipo de cosas".
Me gustaría cuestionar su utilidad con dos conceptos. En primer lugar, siempre que intentamos instaurar un nuevo hábito -por ejemplo, usar el hilo dental o dejar de comer un tipo específico de comida o hablar de forma diferente a nuestro significativo después de un día de trabajo estresante- tenemos que recordarlo con mucha más frecuencia que una vez al día.
Uno de los retos con los que te encuentras es que entras en tu correo electrónico y dices: "Oye, voy a poner una alarma para recordarme que debo ser amable cuando llegue a casa, que debo tomarme un par de minutos para respirar y relajarme antes de ir a descargar todos mis problemas en mi pareja". Sin embargo, si sólo recibimos ese recordatorio una vez al día, muy a menudo, esa es una cantidad insuficiente de estímulos o una cantidad insuficiente de conciencia para que nuestro cerebro comience realmente a averiguar cómo realizar el cambio.
Una de las herramientas de las que hablamos a menudo en Z-Health es utilizar mucha repetición para crear un cambio. Si hay un hábito que quieres instalar en tu vida, te sugiero que consigas algún tipo de dispositivo, algo para tu iPad, tu iPhone o tu ordenador que te recuerde una y otra vez a lo largo del día que estás trabajando en un cambio de hábito específico. Puede que necesites verlo 12, 16, 18 veces cada día como recordatorio.
Al principio, dirás: "No puedo creer que siga olvidando eso". Pero no seguirás haciéndolo para siempre. En un periodo de tiempo relativamente corto, los recordatorios van a empezar a cambiar tu estructura cerebral para que empieces a hacer ese hábito con más regularidad.
Lo primero, como he dicho, es que necesitas algo que te dé conciencia. El segundo concepto, que juega en la conciencia, es la novedad. Novedad en el sentido de que algo se sienta nuevo de forma regular. Uno de los retos que se presentan, incluso cuando estás usando tecnología externa para hacerte consciente de los hábitos que quieres cambiar, es que podemos acostumbrarnos a ver ciertos recordatorios.
A mucha gente con la que he trabajado le han dicho: "Oye, quiero que te levantes de tu escritorio cada 20 minutos o cada hora, que te tomes un descanso, que te muevas, que muevas los ojos para beneficiarte de la salud en general". Dicen: "De acuerdo, lo entiendo. Pondré un temporizador en mi escritorio". Muy rápidamente, lo que sucede es que se acostumbran al temporizador y simplemente lo apagan. Puedes ver por qué es realmente útil intentar idear formas nuevas y novedosas de desafiar a tu cerebro para que sea consciente de forma regular.
Personalmente, paso de usar los recordatorios de mi iPhone a usar notas adhesivas. A veces, si quiero recordarme a mí mismo que debo levantarme de mi escritorio con regularidad durante la semana siguiente, cojo un pequeño punto, un punto de oficina que iría en un archivo, y lo pego en la pantalla de mi ordenador. Cada vez que lo veo, es un pequeño recordatorio de retroalimentación. Digo: "Ah, sí, tengo que levantarme y moverme un poco".
Quiero desafiarte esta semana a que hagas dos cosas.
Número uno: No te creas el mito de que basta con que te lo recuerden una vez al día para ayudarte a cambiar tus hábitos. En la mayoría de los casos, vas a necesitar mucha más repetición que eso. Utiliza cualquier tecnología disponible para crear esa repetición.
Número dos: A medida que planifiques las próximas semanas y meses, piensa en nuevas formas de recordarte a ti mismo que debes hacer esa novela de concienciación. Si combinas estas dos cosas, tendrás unas herramientas increíbles que te ayudarán a hacer cambios basados en cómo está conectado tu cerebro. Cambios que no sólo son buenos para ti, sino que durarán todo el tiempo que tú quieras.
La semana que viene, vamos a terminar hablando de los hábitos, hablando de lo que considero el mito número uno que hay con respecto al hábito - el mito del cambio de hábito de 21 días.
Estoy deseando compartirlo con vosotros.
Que tengas una buena semana.