
En el blog de la semana pasada analizamos la neurología de la relajación y la investigación emergente sobre cómo las prácticas de relajación influyen en la actividad de múltiples áreas del sistema nervioso. Si te saltaste ese artículo, asegúrate de volver atrás y consultarlo (aquí insertar enlace) antes de sumergirte en la información de esta semana.
En nuestros cursos profesionales enseñamos dos prácticas distintas (PMR y AT) centradas en el desarrollo de la habilidad de la relajación deliberada. Hacemos esto para enfatizar el hecho de que no todos los enfoques de relajación son iguales, ya que los diferentes enfoques afectan a diferentes áreas del sistema nervioso. En la práctica, esto significa que un enfoque de relajación específico basado en las necesidades concretas de cada persona suele ser mucho más eficaz.
Con esta introducción, vamos a sumergirnos en las dos técnicas de relajación que recomendamos y enseñamos: La Relajación Muscular Progresiva (PMR) y el Entrenamiento Autógeno (AT). Aunque estos dos enfoques comparten el objetivo común de inducir un estado de calma y bienestar, difieren en su planteamiento, enfoque, aplicación e impacto en el sistema nervioso.
Relajación muscular progresiva (RMP):
- La PMR es una técnica de relajación desarrollada por Edmund Jacobson a principios del siglo XX.
- La PMR se centra principalmente en el aspecto físico de la relajación, con el objetivo de reducir la tensión muscular y promover la calma física.
- La PMR también puede utilizarse para aumentar la conciencia corporal, reducir el dolor y mejorar el rendimiento del movimiento.
- La PMR es especialmente beneficiosa para las personas que sufren problemas musculoesqueléticos, como dolores de cabeza, de espalda, tensión muscular general, pérdida de movilidad y rigidez.
- La PMR también se utiliza a menudo como terapia complementaria para trastornos como la ansiedad, el insomnio y el dolor crónico.
- El proceso de la PMR comienza centrándose en un grupo de músculos cada vez, normalmente empezando por los pies y avanzando hacia arriba por todo el cuerpo. Los individuos tensan intencionadamente los músculos de cada grupo durante unos segundos antes de liberar la tensión y dejar que los músculos se relajen por completo mientras se centran en la sensación.
- Para obtener los mejores resultados, los profesionales suelen utilizar instrucciones grabadas para que la atención se centre en la propia actividad y no en detenerse a leer las instrucciones.
- La PMR es relativamente fácil de aprender y puede dominarse con la práctica regular. Las personas pueden comprender rápidamente la mecánica de la técnica y aplicarla en su vida diaria para relajarse.
Entrenamiento autógeno (TA):
- La TA es una técnica de autorrelajación que combina la autosugestión y la imaginería para inducir un estado de relajación y bienestar. Fue desarrollada por Johannes Heinrich Schultz a principios del siglo XX.
- La TA se centra en los aspectos físicos y mentales de la relajación.
- La TA se utiliza a menudo como técnica de reducción del estrés y puede ser beneficiosa para las personas que buscan mejorar su conexión mente-cuerpo, su autoconciencia emocional y su autorregulación, así como para reducir la ansiedad y las respuestas hiperactivas al estrés.
- La TA se centra en lograr una sensación de calor y pesadez en partes concretas del cuerpo, como los brazos y las piernas, mediante imágenes mentales autodirigidas y sugestiones.
- El profesional repite mentalmente frases relacionadas con el calor, la pesadez y la calma, permitiendo que el cuerpo responda a estas señales autógenas y entre en un estado de relajación profunda.
- En comparación con la PMR, la TA implica un enfoque más pasivo, utilizando imágenes y frases repetidas mentalmente sin realizar movimientos físicos.
- Desde el punto de vista de la experiencia, la TA suele implicar un proceso de aprendizaje más largo que la PMR, debido a la dependencia de la autosugestión y las imágenes mentales. En consecuencia, puede llevar más tiempo interiorizar y aplicar eficazmente la TA.
Aunque ambas técnicas son increíblemente valiosas, las distinciones anteriores proporcionan un mapa para comprender cómo elegir el mejor enfoque para usted y sus clientes. En nuestros cursos de formación profesional, resumimos esta información de la siguiente manera:
- Si sus clientes son nuevos en las prácticas de relajación, empiece con la PMR.
- Si los problemas son principalmente musculoesqueléticos y/o relacionados con el movimiento, también tiene sentido centrarse en el aprendizaje de la PMR.
- Si los problemas son más emocionales o los clientes tienen dificultades para gestionar sus respuestas al estrés, la terapia de apoyo puede ser a menudo un enfoque más eficaz.
La mayoría de los clientes pueden desarrollar un nivel útil de habilidad de relajación en PMR con 2-4 semanas de práctica, mientras que el entrenamiento en TA puede llevar de 3 a 6 meses para trabajar completamente cada componente del proceso. En ambos casos, el objetivo es practicar entre 10 y 20 minutos de 4 a 7 veces por semana.
Aunque pueda parecer un gran compromiso, es fundamental recordar que la relajación no es un derecho de nacimiento, sino una habilidad que debe practicarse y dominarse. Y, después de 3 décadas de trabajo en el campo del movimiento, creemos que es una de las habilidades más valiosas que se pueden dominar, ya que los resultados de la práctica regular cambian la vida.